El cuerpo en movimiento como eje de transformación
En
cada uno de nosotros existe el potencial inherente para sentir nuestro cuerpo y
realizar movimientos fáciles, cómodos y eficientes. Pero la mayoría de nosotros
hemos olvidado esa habilidad. Al vivir situaciones donde no hemos sabido usar adecuadamente nuestro cuerpo, hemos ido reemplazando la facilidad de movernos,
por sensaciones de malestar, dolor, tensión e incluso por patologías.
Las situaciones de estrés o traumáticas a lo largo de nuestra vida, dejan huella en nuestro organismo alterando nuestra conciencia corporal y favoreciendo la pérdida del control de nuestros movimientos. Nuestro sistema sensorial y motor reacciona a estas vivencias con reflejos musculares que, repetidos de forma habitual crean un conflicto en el sistema nervioso, provocando tensiones musculares crónicas y afectando nuestros comportamientos y relaciones
Las situaciones de estrés o traumáticas a lo largo de nuestra vida, dejan huella en nuestro organismo alterando nuestra conciencia corporal y favoreciendo la pérdida del control de nuestros movimientos. Nuestro sistema sensorial y motor reacciona a estas vivencias con reflejos musculares que, repetidos de forma habitual crean un conflicto en el sistema nervioso, provocando tensiones musculares crónicas y afectando nuestros comportamientos y relaciones
La educación somática favorece la
capacidad de reaprender a movernos y actuar con facilidad y flexibilidad a la
vez que permite percibirnos como personas más completas y dinámicas. A partir
de la conciencia interna de nuestro cuerpo en movimiento enriquecemos la imagen
que tenemos de nosotros mismos y la desarrollamos. En este proceso intervienen
las habilidades sensoriales y motoras (sistema sensorio motor) que permiten
un proceso de aprendizaje y autorregulación de nuestro organismo (sistema nervioso),
a la vez que permiten recuperar nuestro potencial y confianza en nuestra manera
de actuar. Al sentirnos más flexibles y
capaces nuestra capacidad de adaptación a los cambios de nuestro entorno se
refuerza.
Nuestros hábitos o patrones rígidos
suelen ser inconscientes y no siempre nos permiten adaptarnos de manera eficiente, a nuestro
entorno. Por su extrema persistencia necesitamos reconocerlos, hacerlos
conscientes y reorientarlos a partir de las informaciones que obtenemos por una
educación consciente del movimiento.
La educación somática y el Método Feldenkrais™
al permitirnos ser más conscientes de nuestro cuerpo y su relación con los
procesos somáticos permitirá un mayor control voluntario de nuestros movimientos
y una guía hacia lo comodidad de nuestras acciones y sensaciones para una mayor
calidad de vida y salud.
Susana Ramón
Twitter: @SusanaRamon
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